miércoles, octubre 24

Urgencias.






La urgente necesidad de ser feliz a cualquier precio condiciona la calidad de los momentos que recordaremos en un futuro más o menos cercano. Intensifica las situaciones y las disfraza con argumentos que justifican cualquier torpe movimiento cargado de ansia e inseguridad, de debilidad y cobardía. El temor a la soledad entorpece el camino a la verdadera felicidad. El miedo a vivir es consecuencia de un vacío interior que magnetiza nuestros sentidos, atraiendo violéntamente otros cuerpos igual de vacíos. Haciéndolos chocar, e incluso saltar chispas. Perderse no es más que el primer paso para reencontrarse y sellar un pacto de tranquilidad y equilibrio. La urgente necesidad de ser feliz es la causa de una horrible sensación de infelicidad. Y dentro de ese caos, que cada uno juegue sus cartas como quiera, o como pueda.

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