miércoles, noviembre 28

don't leave me high, don't leave me dry

Recuerdo aquel extraño momento tan difuso y lejano, que si me concentro, quizás podría cambiar aquel rostro por el de cualquiera otro de vosotros... Pero se lo que pasó antes... yo caminaba tan perdida como siempre, no recuerdo el rumbo exacto, pensando y mal.pensando, arañando la vida y arrastrándome hacia ningún lugar, sin saber bien para qué.

Recuerdo que en mi reproductor de mp3 sonaba Radiohead, si, es curioso como una simple canción te puede llevar volando a cualquier lugar, cerca de quien en un momento se hizo esa canción. Es complejo, quizás. Pero la musica hace compartir. Quizás en ese momento estaba sonando también en otra parte...

En un segundo empezó a llover, todo se volvió gris, y un viento horrible me empujaba de lado a lado, me golpeé una y otra vez, y sin saber muy bien a dónde agarrarme, observaba, mientras era incapaz de salir de ese remolino, como la gente iba desapareciendo. Algunos me miraban con pena, otros alargaban el brazo, cínicos de ellos, en cuanto asomaban medio cuerpo y veían el peligro, se volvían a esconder. Recuerdo que alguien me agarró, me abrazó e intentando darme calma, me dijo que no me preocupara. Pero fué inutil.

En ese momento dejé de luchar con todas mis fuerzas, sentí que podía descansar aunque sólo fuese un segundo, me equivoqué... y algo me arrancó de esos brazos de nuevo, no se el qué... o quién. No pude volver a aferrarme y de nuevo sali volando. A partir de ese momento, no recuerdo nada más. Quizás por los golpes que recibí, no consigo recordar ni siquiera como me sentía... Abrí los ojos y me encontré tirada en el suelo, llena de cicatrices, y magulladoras, pero en calma. En una horrible, fría y solitaria calma. Miles de personas pasaban por mi alrededor, pero ni siquiera me miraban, incluso tropezaban con mi cuerpo.

No se lo que pasó, pero me sentía de vuelta de algo importante. Era como si mis peores deseos, se hubiesen hecho realidad. Alguien, o algo, había decidido no tener piedad ninguna, era como si me hubiesen arrancado las ganas de vivir, y el corazón, pero en su lugar, quizás por miedo a arrepentimientos, me habían implantado un reloj, de cuerda, el cual va marcha atrás y reemplaza al otro latido. Aunque no deja de ser apariencia.

No cumple su función vital, y poco a poco, cada parte de mi cuerpo, iría pasando a ser algo inerte. Y volveré a caer, ante los pies de toda esa gente, pero esta vez para no abrir los ojos. De momento camino entre esos cuerpos, sigue sonando la misma música, y aunque me cuesta recordar lo que sentí en aquel momento, se que lo reconocería si volviese a encontrarme con él... pero esta vez, no volvería a relajarme. jamás.


.jamás.

Igual.


Igual es que ha llegado el puto momento de decir "Hasta aquí hemos llegado", igual es que ya ha sido bastante todo este circo de lo absurdo, igual es que tengo que empezar a mandar a tomar por el culo todo. Igual es que me he cansado de que la gente se llene la boca argumentando que piensan, deciden y actuan por "mi bien".
Igual es que no teneis ni una puta lejana idea de lo que pasa por mi cabeza, ni la más remota, igual es que siempre he sido una perfecta desconocida, y con el paso del tiempo me desconoceis un poco más, por eso quizás tengo la horrible sensación de que llevais vidas dando palos de ciego contra mi cabeza. Igual es que no os merece la pena parar a escucharme un puto momento lo que tengo que decir, igual es que no os gustaría veros reflejados en mis palabras.
Igual es que sentiros importantes para alguien os hace sentir responsables. Igual es que a mi no me apetece ver como simulais poner cara de pena, y soltais cuatro tópicos inoportunos sobre la amistad, el amor, y la famila cada vez que os cuentan algo. Igual es que la navidad me pone de muy mala ostia, ya que cada año que pasa siento que son unas fechas más ridículas.
Igual es que estoy muerta de frío y el abrazo más cálido lo recibo únicamente mientras duermo. Igual debería hacer la maleta y marcharme antes de que sea demasiado tarde, si es que no lo es ya. Igual ha llegado el momento en que todo deba darme igual.

jueves, noviembre 15

This mess we're in



En muchas ocasiones he llegado a una conclusión. Es evidente que todos, desde nuestro propio pellejo, apreciamos la realidad según nos toca. Unos alardean de golpes de suerte, por ser muy afortunados cuando algo les sale bien. Y otros se tachan de mediocres e ineptos, y afirman soberbiamente formar parte de esa clase de gente que jamás tuvo, tiene ni tendrá suerte cuando algo les sale mal. Ambos se equivocan, pero no les importa. Nunca hubo algo tan placentero como sentir que la culpa o responsabilidad de todo la tienen otros, o otras circunstancias. Aterra la idea de que todo tiene su consecuencia. Causa y efecto. ¿Por qué ibamos a tener que cargar con la idea de que si tú vida es una supuesta maravilla, puede que sea, debido a méritos personales y de la gente que te rode? No...

Eso sería resultar prepotente e incluso arrogante. Pero sobre todo... ¿ Por qué ibamos a tener que cargar con la responsabilidad de sentir que si nuestra vida resulta una completa basura, puede que sea gracias a nosotros mismos ? No, en absoluto. Eso pesa tanto, como la idea de que las cosas pueden cambiar, si, pero que no lo hacen solas. Yo nunca tuve suerte, aunque muchos repiten una y otra vez que si, tampoco he tenido mala suerte, simplemente, he obtenido resultados, tanto de mis acciones, como de mis omisiones.

Nos han llenado los bolsillos de frases a través de literatura, música y cine. Nos han dicho que el tiempo no hace el olvido, ni la distancia. Que el tiempo lo cura todo, que un clavo saca otro clavo. Que a buen entendedor pocas palabras bastan, querer es poder, y que quien bien te quiere te hará llorar. Y mil estupideces similares. Y es que es cierto, ni el tiempo ni la distancia hacen olvido, lo hacemos nosotros, con nuestra cobarde elección de "vivir" nuestras vidas. Siguiendo con el refranero, podríamos decir, que esas elecciones son pan para hoy, pero hambre para mañana. Aunque siempre nos quedarán los fast food. Felicidades. Con un poco de "suerte", de esa que tanto os gusta hablar, e ingenio empresarial, en unos pocos años no conoceremos el significado de la palabra responsabilidad, y mucho menos, de la infelicidad. Seremos horriblemente felices en nuestros rebaños.

El tiempo lo cura todo, cierto es, físicamente por lo menos, cualquier entendido en medicina podría darme la razón supongo. Y un clavo saca otro clavo, claro que si, y con un poco de fuerza bruta dos clavos. Si a buen entendedor pocas palabras bastan, está claro la clase de entendedores que somos. Si el querer es poder ¿Por qué no puedo? Y si quien bien te quiere, te hará llorar. ¿Quien bien te jode, qué te hará?

Podemos hacer dos tipos de clasificaciones, por un lado, la vuestra. Es decir, los que tienen suerte, y toda su vida será un regalo divino, y los que no, los cuales vivirán a la sombra de los iluminados. Y la mía, en donde por un lado se encuentran los que hacen algo para que las cosas cambien, tanto para bien, como para mal, pero haciendo algo, al fin y al cabo; y los que, simplemente, esperan a que cambien, como si sus cortos brazos pendieran de hilos manipulados por algún extraño elemento.


Y desde mis delirios paranoicos, donde podría pasarme horas resultando absurda e incoherente, mientras que otros leen con recelo estos rollazos, y entre lineas encuentran meros intentos de resultar antitodo, y destacar dentro de lo que no se puede destacar, mientras que giran la cabeza y hace lo mismo, pero soplando a contraviento... Me voy a ver por donde sale el sol hoy. Si es que sale.





Mientras tanto, suerte.