viernes, febrero 27

Actitudes y aptitudes de la educadora y el educador de una escuela libre. (I)

Los adultos tenemos que ser muy conscientes de nuestras limitaciones, y saber que las formas de comportamiento de los niños van a agredir nuestros esquemas mentales, y con facilidad podemos sentirnos molestos o agresivos con ellos, con lo que el proceso no servirá de mucho, ya que si lo que hacemos es manifestar una actitud de rechazo o no aceptación, la agresividad infantil y juvenil se incrementara y lo unico que se conseguira es que estos mismo actos se repitan constantemente, sin varianza alguna.

Cuando comencemos un curso, analizaremos estos procesos en nosotros y reflexionaremos sobre los sentimientos que vamos a padecer, para poder actuar sobre ellos y facilitar el avance del trabajo.

El principio de autoridad asoma a la mente adulta como si de un ladrón se tratara y lo hace cuando menos se espera. Una vez que consigamos eliminar la figura autoritaria, que se elimina cuando los niños perciben realmente - y a través de sus experiencias y vivencias - que no va haber rechazo o represión, la figura del todopoderoso adulto se desvanece y entra en el juego la persona, tal y como es.

Debemos entender que la figura que sin querer representamos en un primer momento es una imagen de prohibicion, demiedo, de represion y violencia, aunque nosotros ni seamos asi ni deseamos que esa actitud prevalezca. Cuando hemos salido de esta fase con exito y nos hemos demotrado que somos exactamente iguales a cualquier otra persona, tenga esta la edad que tenga, sabiendo que no tenemos derecho a abusar de los demas, aunque tengamos una presencia mas grande y en ocasiones mas fuerte, ahora, podemos seguir con tranquilidad. Si no podemos superar esta fase, lo mejor sera que nos dediquemos a otro oficio.

Los niños se desprenden de sus sentimientos de culpa,cuando son aceptados en sus manifestaciones negativas, eso dejandoles bien claro que se rechazan "esas formas", pero nunca a la persona que hay detrás de ellas.

Si dudamos de sus esfuerzos, que son reales aunque no siempre consigan salir con exito, el o ella, se volveran negativos en sus actitudes.

Quien se ama y se acepta a si mismo con sus incogruencias, errores, contradicciones e incompatibilidades, ama y acepta a quienes le rodean.

Los niños carecen de infinidad de experiencias, muchas de las cuales no pueden alcanzar por si solos, y ahi es donde nosotros debemos hacer nuestra aportacion facilitandoselas con logica, conocimiento, condescendencia y sin imposicion ni menoscabo de ninguna de sus potencialidades.

Ellos nos enseñan formas y actitudes nuevas, nos detienen si erramos, y nos exigen ser cada día más libres y más coherentes con lo que decimos y hacemos.

Uno de los errores educativos que se cometen constantemente es el de la impaciencia, ya que lo más importante en la relación humana es el saber esperar hasta que el otro o la otra lleguen por si solos. Es su derecho y es nuestro respeto.

Procuraremos crear la necesidad de conocer ya que ella es la base para que se despierte la curiosidad y el interés por esforzarse y conseguir algo. No les daremos ninguna respuesta que ellos puedan alcanzar por sí mismos. No debemos aportar soluciones artificiales a sus problemas, sino que procuraremos que las resuelvan por si mismos obteniendo de esta manera autenticas relaciones experienciales y vivenciales.

La clave del exito estriba en ponerse en contacto directo con esa mente infantil o juvenil para percibirla en su totalidad tal y como ellos perciben la nuestra. Debemos ser capaces de llegar a ella para posibilitar una interrelacion libre y real. En todo momento, ellos tratan de jugar con nosotros para obtener ventajas de la situación, asi satisfacer sus caprichos e incrementar su egocentrismo, y con frecuencia, de no estar atentos, nos toman el pelo sin ninguna dificultad. Son maravillosos actores de una comedia en la que son protagonistas. Miden sus mentes con las nuestras constantemente, y tienen una enorme voluntad y constancia para conseguir sus objetivos. Utilizan recursos negativos siempre y cuando tengan la certeza de tener exito con ellos, en caso contrario, abandonan con prontitud esas actitudes y buscan otras.

Pero cada situación del niño es diferente, así como cada niño lo es con respeto a los demas y por ello no podemos utilizar siempre las mismas formas, las mismas actuaciones o las mismas respuestas. Es lo mismo que el niño hace con nosotros, acuan para cada uno de nosotros. En particular, y cuando aprecian que no van a tener exito en la empresa egocentrica, abandonan la lucha y se inicia el equilibrio, hasta que se produce la nueva situación.

Lo que resulta mas negativo en la relacion con criatura de poca edad es el descontrol o la inseguridad que podamos sentir, ya que ellos se contagian de estos sentimientos ampliando los suyos. Una actitud logica, racional y de calma, si la tenemos, se le transmite y acaban estabilizandose.

Debemos reflexionar sobre determinados aspectos de nuestra vida y personalidad, ya que por nuestra herencia y educacion, ninguno de nosotros es un ser libre, sino seres en busca de la mayor libertad posible, de ahi que nos sentimos reprimidos en mas o menos medida, y por ello necesitados de liberarnos de cargas negativas introyectadas, traumas infantiles, convecionalismos, pensamientos conservadores, inmadureces afectivas y emocionales, discriminaciones, etc, ademas de un rincon oscuro e nuestra mentre que en cualquier momento se puede evidenciar y sorprendernos.

Por ello, nuestra actitud mental de rechazo a la autoridad sera constante, estando atentos a nuestros comportamientos, sabiendo que cualquier imposicion supone un atentado permanente contra la personalidad y los derechos humanos, ademas de una simiente de esclavitud.

Por lo que trataremos de saber quienes somos, conociendo quienes no debemos ni deseamor ser.

Por lo que todo educador de una escuela libre debe hacer un constante esfuerzo de introspección, analizandose y tratando de eliminar aquello que no desea que forme parte de su personalidad.


Hay que eliminar tajantemente la competitividad y la selectividad consigo mismo y con los demas, realizando una revolucion interior fundamentalmente intelectual y afectiva, antes de ponerse a realizar cualquier transformacion educativa o social.

Para educar en y para la libertad en profundidad y con plena dedicacion es preciso contar con personalidades maduras y conscientes de sus propios condicionamientos, pero que progresivamente esten dispuestas a objetivar, cambiar y eliminar.

El educador adulto de una escuela libre debe ser antidogmático, siendo conscientes de que estamos investidos de mil prejuicios, anacronismos, sofismas, y que, por otra parte, nos creemos que tenemos el deber de transmitir a las generaciones futuras " la verdad", pensando que estamos en posesión de ella.

Debe saber o aprender a respetar al otro en su posibilidad de libertad, ya que ésta se manifiesta como una opción personal, sus peculiares maneras de ejercer la libertad sirviendo de facilitador de más libertad.

Ha de conocer y aceptar a cada persona como es, tratando de confiar en su evolución y maduración.

(...)

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