jueves, junio 26

miedo.

Con los ojos complétamente vidriosos y una horrible sensación de estar encerrada dentro de algo tan aterrador como el concepto de "uno mismo". Pero con el conocimiento y la certeza de que es donde más libre se me permite ser.

No hace ni un verano que perdí la esperanza de encontrar algo que me fue arrebatado más de un millón de veranos.

Y hoy, con un pie dentro y otro fuera, me encuentro en un cruce de sensaciones vertíginosas, el pulso se me acelera más allá de lo que mi cuerpo puede asimilar, casi puedo vomitar mi propio alma.

Lo que ayer era orden, hoy es desorden.

Hoy me defiendo de lo que ayer defendía.

Me he descubierto en medio de la nada, recogida, casi escondida de todo, cerrando los ojos y deseando adueñarme del concepto de tiempo.

Ayer añoraba dominar el concepto de distancia, hoy daría mi vida por hacer que todo esto pasase rápido, cerrar los ojos y al abrirlos, recordarlo lévemente como una pesadilla o un terror nocturno, de esos que teníamos mientras dormiamos cuando eramos pequeños...

No hay comentarios: