lunes, diciembre 1

Bocas del tiempo.




Los siete pecados capitales
De rodillas en el confesionario, un arrepentido admitió que era culpable de avaricia, gula, lujuria, pereza, envidia, soberbia e ira:
Jamás me confesé. Yo no quería que ustedes, los curas, gozaran más que yo con mis pecados, y por avaricia me los guardé.
¿Gula? Desde la primera vez que la vi, confieso, el canibalismo no me pareció tan mal.
¿Se llama lujuria eso de entrar en alguien y perderse allí adentro y nunca más salir?
Esa mujer era lo único en el mundo que no me daba pereza.
Yo sentía envidia. Envidia de mí. Lo confieso.
Y confieso que después cometí la soberbia de creer que ella era yo.
Y quise romper ese espejo, loco de ira, cuando no me vi.



Cursos prácticos
Joaquín de Souza está aprendiendo a leer, y practica con los carteles que ve. Y cree que la P es la letra más importante del alfabeto, porque todo empieza con ella:
Prohibido pasar
Prohibido entrar con perros
Prohibido arrojar basura
Prohibido fumar
Prohibido escupir
Prohibido estacionar
Prohibido fijar carteles
Prohibido encender fuego
Prohibido hacer





Primeras letras
De los topos, aprendimos a hacer túneles.
De los castores, aprendimos a hacer diques. De los pájaros, aprendimos a hacer casas.
De las arañas, aprendimos a tejer.
Del tronco que rodaba cuesta abajo, aprendimos la rueda.
Del tronco que flotaba a la deriva, aprendimos la nave.
Del viento, aprendimos la vela.
¿Quién nos habrá enseñado las malas mañas?
¿De quién aprendimos a atormentar al prójimo y a humillar al mundo?




Distancias
Rafael Gallo, señor de los ruedos, había cumplido gran faena en la plaza de toros de Albacete y había recibido, en trofeo, las orejas y el rabo.
Mientras se quitaba su traje de luces, el diestro decidió:
–Ahora mismo nos volvemos a Sevilla.
El ayudante le explicó que no se podía, que ya era muy tarde.
–Y con lo lejos que está Sevilla...
Rafael se irguió, estrujó su capa en un puño y mandó: –íQuietoooo!
Y hecho un relámpago de furia, puso las cosas en su sitio:
––¿Qué has dicho tú, qué has dicho? Sevilla está donde debe estar. Lo que está lejos es esto.



Eduardo Galeano.

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